Tras más de 25 años acompañando, formando y aconsejando a empresas familiares españolas y latinoamericanas, he podido comprobar cómo las familias empresarias han aprendido a distinguir entre especialistas en asesoramiento sobre la problemática de la empresa familiar y los asesores recurrentes que requieren su patrimonio y su empresa.
Por ello, considero imprescindible entender esta especialidad como independiente y complementaria de la de los asesores legales y financieros habituales de la empresa familiar. Y esa diferenciación me permite no tener conflictos de interés porque puedo mantener la independencia en mis opiniones.
Mi especialidad es la suma de mi experiencia, de mi propia perspectiva emprendedora, del conocimiento de las áreas empresarial, tributaria y legal, así como de mi formación en el área de la terapia familiar sistémica. Todos estos elementos me capacitan para ayudar a las empresas familiares en sus procesos de cambio generacional a través de la formulación de la estrategia que les permita obtener el escenario de continuidad. La responsabilidad es muy grande y el celo profesional requerido, también. Mantengo la neutralidad más absoluta en el trabajo con las familias para buscar el éxito.